HOMOFOBIA-HOMOFILIA
El mundo está revuelto…mejor dicho: confundido…o, quizás se
nos quiere confundir, aprovechándose de nuestra cobardía para enfrentar el absurdo…absurda
posición de los cobardes.
De pronto, surge en el
escenario de lo social e ideológico, un nuevo tema, que sustituye, por ejemplo,
a la tradicional lucha de clases, con la nueva bandera por la igualdad de los
géneros. No soy experto en estos temas, pero creo tener los conocimientos
elementales que me permiten opinar para esclarecer tan peliaguda cuestión.
Lo normal, ha sido observar la relación reproductiva entre
seres de distintos sexos (realmente existen dos, a mi manera de entender). Hombre
y mujer, macho y hembra, se juntan para hacer o construir el amor como
expresión sublime de sexualidad.
La naturaleza nos ha dotado de diferencias sico-morfológicas,
que talvez sea una de las razones para la mutua atracción entre seres de sexos
distintos, amén de otras cualidades. La sociedad, ha diseñado instituciones
para que esta relación dialéctica perdure y viva en armonía; o, para que la
disuelva civilizadamente cuando dejamos de amarnos o atraernos.
El divorcio, fue una gran conquista liberal, porque nadie
puede estar atado de por vida a una relación no querida o consentida.. No es
verdad que Dios une a las parejas para que “vivan juntas hasta que la muerte los
separe”; este es un ideal, que no
siempre se cumple porque somos imperfectos y cambiantes; por eso, siendo
esencialmente iguales como personas, dotados de libre albedrío, somos capaces
de re-amar y reconstruirnos.
Esta es la principal premisa, …la regla…Sin embargo, no
podemos desconocer excepciones, que la propia naturaleza se ha encargado de
develar. Seres humanos, que nacen con un sexo, pero que se sienten atraídos por
otro-a del mismo sexo. Otros, se sienten perjudicados porque la naturaleza los
“empacó” en un envoltorio o cuerpo equivocado..
También los hay mixtos, es decir bisexuales o
hermafroditas. Finalmente, hay quienes,
teniendo su sexo definido, disfrutan de relaciones distintas por placer o
curiosidad, o porque la sexualidad, despierta sentidos que nos llevan a
explorar otras dimensiones. Ciertas culturas y civilizaciones han experimentado
estas prácticas hedonistas.
Epicuro consideraba que: “la felicidad consiste en vivir en continuo
placer, porque para muchas personas el placer es concebido como algo que excita
los sentidos”. También sostuvo, “que no todas las formas de placer se
refieren a lo anterior, pues lo que excita los sentidos son los placeres
sexuales”. También afirmó “que ningún placer es malo en sí, solo que
los medios para buscarlo pueden ser el inconveniente, el riesgo o el error.”
La intención de esta nota, no es profundizar en el tema de la
sexualidad, sino en los derechos que de ella se deprenden y que ha desatado la
polémica mundial…Me refiero al matrimonio homosexual; a la adopción; y, otros
derechos de “género”….
Asumíamos, que sexo y género eran dos conceptos similares,
compatibles o relacionados. Hombre, mujer; masculino, femenino; macho, hembra.
Los roles que social y culturalmente la sociedad les asigna, es decir el género
está relacionado con la característica natural o biológica marcada por el sexo,
aunque la modernidad nos haya obligado a reasignar roles, que no cambie lo
esencial marcado por el sexo.
Algunas teorías feministas de la última ola argumentan, “…
que el género no es un destino biológico, y que la opresión patriarcal sobre
las mujeres es un fenómeno cultural que no surge necesariamente de la
diferenciación sexual biológica...”
Según la definición de trabajo utilizada por la OMS: “Género,
se refiere a los roles socialmente construidos, los comportamientos,
actividades y atributos que una sociedad dada considera apropiados para los
hombres y las mujeres. «Masculino» y «femenino» son categorías de género.”
Es innegable que vivimos una revolución sexual sin
precedentes, lo que comenzó con una reivindicación de género, muy justa por
cierto, que desinvisibilizó el rol de la mujer en la sociedad y la igualó en
derechos y oportunidades al varón. Le quitó esa especie de “capitis deminutio”
que pesaba sobre ella y que la sometía a la autoridad del marido, entre otras.
En el nuevo escenario, no sólo que se han agregado nuevos
actores, sino que se busca reinstitucionalizar el DERECHO, introduciendo o
pretendiendo introducir, por ejemplo, el matrimonio homosexual y lésbico, es
decir, entre individuos del mismo sexo.
Las cosas se complican más, cuando se habla de la adopción de
niños-as, por parejas homosexuales o lésbicas, porque por encima de sus
sentimientos, está la salud mental o sicológica del adoptado, a quien el Estado
está obligado a proteger por su situación vulnerabilidad, debido a su minoridad
e inmadurez. Los-as niños-as adoptado.as, se vería obligados a navegar en dos aguas:
una, la micro sociedad o familia constituida por la pareja del mismo sexo; y, la
macro, que es la sociedad que se desenvuelve en la heterosexualidad, con
distinción clara de sexo, género y roles…
En estos últimos días de marzo/13, en EE.UU. han comenzado
decisivos debates en la lucha para eliminar las barreras legislativas hacia la
igualdad de derechos de los homosexuales en Estados Unidos. Los nueve jueces
del Tribunal Supremo del país, escucharán, por primera vez en la historia, los
argumentos legales para determinar la constitucionalidad de dos disposiciones
contrarias al reconocimiento del matrimonio homosexual y los derechos de sus
cónyuges.
El máximo órgano judicial debe dictaminar si las parejas del
mismo sexo tienen derecho a contraer matrimonio y si, en ese caso, el Estado
federal tiene la obligación de reconocerles las mismas facultades y
prerrogativas que tienen los cónyuges heterosexuales.
Mientras tanto en Paris, el 24/03/13, cientos de miles de
personas marchan en París contra el matrimonio gay. En otras latitudes, grupos
GLTB, forman la contracorriente. Dos mundos enfrentados, en esta caliente lucha
de los sexos.
En Ecuador, que no es ajeno a los vientos del mundo, también
ha empezado esta “guerra de guerrillas”, que ya cobró victimas, como la sanción
al pastor Zavala y que más que una situación política, demuestra la
intolerancia en que vivimos, entre los “libertadores del sexo” y los
conservadores de la “virginidad” matrimonial.
Creo que la sociedad merece respeto, que incluye a las
minorías, pero éstas están obligadas también a respetar a las mayorías si
queremos convivir civilizadamente en paz. Hay otros temas importantes, como superar la
pobreza y el subdesarrollo (incluyendo el intelectual), en lugar de
involucrarnos en manifestaciones noveleras.
La libertad sexual, con la que compartimos, no debe degenerar
en el libertinaje, ni en el “laissez faire, laissez passer”. Tampoco
aplaudimos, más bien condenamos, las prácticas represivas de ciertos Estados
“progresistas y revolucionarios” que penalizan o penalizaban la homosexualidad. ¡¡¡TODOS
LOS EXTREMOS SON MALOS…!!!
Sólo soy, con el respeto de ustedes: UN HUMILDE “FRANCO TIRADOR”, desde ésta, mi modesta
trinchera.
27 de marzo 2013
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