ELOY MORAN MURILLO
Le decían: “Cocoroco”; no sé por
qué, pocos le decían su verdadero nombre, sólo: “Cocoroco” con mucho cariño y
respeto.
Lo conocí en Santiago de Chile,
allá por 1972. Él estaba exiliado en ese país; yo y otros compañeros, concuriamos
al Congreso Mundial de Sociología realizado en el edificio de la UNTAC III, que
Salvador Allende mandó a construir en tiempo record de 275 días, para que se
celebre la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo. Terminada la
misma, se coinvirtió en el “Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral” y
que Pinochet, lo profanó convirtiéndolo en casa de gobierno durante su
dictadura fascista.
Luego de haberlo visitado en su
casa, junto con Domingo Paredes y Jorge Puig, nos volvimos a ver en las salas
de comisiones y en la plenaria de dicho Congreso, donde asistían connotados
personajes como Regis Debray, entre los que recuerdo.
Después de conocer a don Eloy en
Chile, nos volvimos a ver en Guayaquil, luego de su forzado retorno huyendo de
la metralla fascista y después de pasar un tiempo en la cárcel por razones
políticas.
Como hombre curtido en la lucha
revolucionaria, fundó un movimiento clandestino de izquierda, denominado
“Aushyris” que entiendo significaba en algún lenguaje ancestral “señores de la
guerra” y estaba representado por un
símbolo de virilidad formado por “quipus”.
Fue un grupo urbano armado de
definida posición de izquierda, similar a otros que existían en otros lugares
del continente, como los “Tupamaros” en Uruguay o, que contó entre sus
principales líderes a Raúl Sendic y a Pepe Mujica, actual presidente de
Uruguay; los “Montoneros” en Argentina,
o VAR PALMARES, en Brasil, en la que
militó la Presidenta Dilma Rousseff.
Don Eloy, que había estudiado
Sociología en Chile, durante su exilio, culminó su carrera en la Escuela de
Sociología de la Universidad ed Guayaquil y luego prosiguió estudios de derecho,
donde tuve el privilegio de contarlo como uno de mis más distinguidos alumnos,
pese a que me llevaba muchos más años de edad.
Formamos un formidable equipo de
trabajo, en la Dirección Regional de Promoción
y movilización Social, junto con Ernesto Delgado; Eloy Rivera Molina
(+); Guadalupe Rojas; Julián García (caricaturista); Carlos Orellana; Franklin
Rodríguez (Chatarrin); Luis Tapia; Stalin Poveda; Angel Mera; Isidro López;
entre otros. Era una verdadera “arca de Noé” , por las vario pintas
militancias que teníamos. Mientras
algunos dirigentes se mortificaban, nosotros trabajamos en armonía en una misma
causa común.
Luego me pidió que lo ayudara a organizar a los trabajadores de “La Reforma”
de Babahoyo”, su ciudad natal, aplicó sus tácticas “guerrilleras”,
“compatimentó” a los trabajadores para
evitar a los “soplones” y cuando todo estaba a punto, logramos el objetivo. Sin
embargo, no fue fácil, hubo despidos, pero los trabajadores respondieron con
una huelga, que recibió el apoyo de la ciudadanía e incluso de la Iglesia, que
expresó públicamente su solidaridad.
Militamos en la izquierda Democrática,
fue candidato a Alcalde de Babahoyo y se demostró como el líder de masas,
captando la simpatía de los babahoyenses. No fue una lucha fácil, el oponente era nada más ni menos, que el
cacicazgo derechista de Ponce Luque, a
quien don Eloy le demostró, que con un líder joven, carismático, y honesto, el
poder del dinero era vulnerable.
Don Eloy, partió hacia el Oriente
Eterno hace 19 años…pero aún mantenemos vivo su recuerdo… Entiendo que mañana
miércoles, sus familiares, amigos y en especial su primo Dalton Espín, estarán
en el cementerio de Babahoyo, rindiendo culto a su memoria. Solo les pido a los
convocados, que pongan una flor roja en mi nombre y estas palabras que las
dedico a don Eloy como testimonio de nuestra amistad y camaraderia.
¡¡PRESENTE DON ELOY!!...¡¡SIEMPRE FIRMES HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!!.
Guayaquil, 27 de agosto de 2013.
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