Dr. RODRIGO BORJA CEVALLOS
Estimado Compañero y amigo:
No puedo ocultar mi emoción, al
recibir por este medio, sus generosas palabras dirigidas a mi persona, en
respuesta al pequeño artículo que escribí en homenaje a usted.
Soy poco amigo de las lisonjas,
pero desde hace algún tiempo, venía pensando: en qué forma podía yo resaltar la
obra de su gobierno, en horas de ingratitudes, traiciones y olvidos, que
conducen al atrevimiento de acusar todo el pasado, como negativo y funesto,
porque la mediocridad no admite competidores.
Conozco la historia del Partido
que usted ayudó a formar y en el que se me permitió militar. Seguro que es una
obra colectiva; sin embargo, sin su liderazgo no habría sido posible. Costó
años y esfuerzos formarlo hasta convertirlo en el Partido más grande y mejor
organizado del Ecuador.
La ID, fue fragua de grandes líderes, nacionales, provinciales,
cantonales, parroquiales, barriales, gremiales, etc. La sabia del Socialismo Democrático había permeado
todos los órganos y el tejido social; había entonces conciencia política y
objetivos claros que impulsaba con gran vigor nuestro accionar. “Justicia Social con Libertad”, era la
bandera y lema que guiaba nuestra lucha.
Era un partido joven, de ideas
frescas y revolucionarias, que resumía el pensamiento y sentimiento de los “trabajadores intelectuales y manuales del
Ecuador”. Contaba con un inmenso
torrente de juventudes entusiastas, rebeldes
y alegres, pero también gentes con muchos más años y experiencias y que habían
entregado la mayor parte de su vida a la construcción de este colectivo político. A nadie se le ocurrió por entonces, enfrentar
a Efebos y cincuentones o sesentones (creo que habían hasta setentones), porque
la lucha no era generacional, sino de ideales que jamás marchitan.
Las “células”, los “núcleos” y
los “frentes”, se multiplicaron por doquier, por la acción de los “campañeros”;
experimentados líderes que asumieron la tarea organizativa. Sus encendidos
discursos atraían a las multitudes, pero nadie se atrevió a callarlos o
relegarlos por celos. Cada quien se ganaba su puesto en la lucha y jamás por
imposición antidemocrática. Decía usted compañero Borja, que era un “Partido democrático por dentro y por fuera”.
Ojalá. Algún día, tejiendo anécdotas
y experiencias, podamos reconstruir esta historia. Por ahora solo me resta, agradecer
sus palabras, que las he transmitido a mis hijos como un recuerdo y legado, que
tiene el valor y mérito de haber sido escrito por usted, parte importante de la
historia de esta país, pero además referente moral e intelectual de inmenso
valor para las presentes y futuras generaciones.
Reciba un triple abrazo, de:
amistad, compañerismos y fraternidad.
Guayaquil, 26 de agosto de 2013
Tito Palma Caicedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario