DESCONCERTADO-
DESILUCIONADO
“Los finiquitos en línea
en el MRL”
Hoy me levanté a las dos y
media de la madrugada, sólo para escribir, porque no puedo callar. Viví,
en carne propia, un suceso desagradable el día de ayer en la Dirección del
Trabajo de Guayaquil, a donde acudí acompañando a un grupo de veinte
trabajadoras (tripulantes de vuelo) despedidas
de la empresa ECUALANE S.A. (Lan Ecuador), que habían sido citadas para firmar una mal llamada acta de finiquito,
elaborada unilateralmente por la empresa sin la participación de los-as
trabajadores-as , como correspondería a este acto de naturaleza bilateral y
consensual..
El espectáculo fue horrible…. Me pareció estar en uno de los
pabellones más tétricos de la penitenciaria del litoral o calabozo del CDP…..
El ambiente era sofocante… atestado de gentes; unos sentados, otros parados….
Del mezzanine se escuchaba gritar un nombre, otro y otro, para que subieran a
firmar el “misterioso” documento ante un-a inspector-a despojado de su
personalidad propia, sólo identificado-a con un número…. Por ausencia del
Inspector 7, y por alguna disposición superior, la tarea a la “Inspectora 6”,
le correspondió la triste y poco dignificante tarea de advertir al-la
trabajador-a, que tenía cinco minutos para revisar y firmar, actuando
simplemente como amanuense o correo de
una de las partes, con la única autoridad para decir: “firme o demande ante los
jueces” .
Le hice conocer a la Inspectora, que no estábamos
conformes con el contenido del acta,
porque contenía inclusive falsedad ideológica al señalarse en una de sus
cláusulas, que “el inspector había
revisado la liquidación y la aprobaba por encontrarla ajustada a derechos”
y que, “el trabajador, estaba satisfecho
con la liquidación recibida y que no tenía ningún reclamo que hacer en el
futuro”.- Sin embargo, debido al estado de necesidad del trabajador, éste iba a recibir la
liquidación pero se “reservaba el
derecho a demandar las diferencias”, lo cual se dejaría constancia mediante
la impresión de un sello colocado antes de la firma.
Al principio se armó un alboroto, acudió el Coordinador de
Inspectores (importado de algún lado) y otra funcionaria; pedía a gritos el
respaldo de los “guardias” seguramente para desalojarnos; luego pude explicar
de que se trataba; el Coordinador, tratando de explicar el procedimiento,
repitió la misma consigna: “firma o
demanda”. En eso llegó otro de los abogados de la empresa (eran tres en
total), y preguntó cual era el problema, yo le expliqué de qué se trataba y al
ver el sello dijo que no le veía ningún inconveniente, porque el trabajador
podía impugnar el finiquito por la vía
judicial y así terminó el problema, se
firmaron tres o cuatro finiquitos y el delegado del Defensor del Pueblo, que estaba presente, al
ver que se había superado el inconveniente, se retiró al igual que el
Coordinador de Inspectores.
Unos minutos más tarde,
el abogado de la empresa, me manifestó que había recibido instrucciones para
no permitir este procedimiento. De nada valió
mi protesta, porque no encontré ni la atención peor el apoyo de la
autoridad laboral, que de conformidad con el art. 5 del Código del trabajo debe
“brindar su oportuna intervención para la garantía y eficacia de los derechos
delos trabajadores”.
No me quedó más, que retirarme I M P O T E N T E, cansado y transpirando como si hubiera salido de una “olla de presión”
de esa dependencia, no sin antes explicarles a los trabajadores-as, las
opciones que tenían, haciéndoles conocer, que si firmaban el acta, era poco probable que
los jueces aceptaran la impugnación del finiquito elaborado “ON LINE” en la que
se menciona que el Inspector “…había revisado la liquidación y la
aprobaba por encontrarla ajustada a derechos” y que, “el trabajador, estaba satisfecho con la liquidación recibida y que no
tenía ningún reclamo que hacer en el futuro”, aun que en la practica sea
falso.
Qué trato más denigrante, para quienes ejercemos la
profesión; después de haber ocupado una alta función en este Gobierno y en este
Ministerio, me sentí DESILUCIONADO, CONFUNDIDO, ULTRAJADO, a tal punto, que me prometí no regresar más,
hasta que las cosas cambien. Por primera vez, he tenido que hacer “cola” para
todo, hasta para presentar un escrito; triste papel para un abogado, humillado
como cualquier tramitador.
Les pido a los incrédulos, que visiten las dependencias de la
Dirección del Trabajo para que vean el hacinamiento y la tugurización; donde
los papeles van ganado espacio a las
personas. Debemos reconocer, que han existido muchos vicios en el pasado, que
no los justificamos y mas bien los condenamos, pero ahora estamos viviendo una
de las etapas más funestas en la historia de esta dependencia, en la que ni
siquiera podemos quejarnos o hablar con una Autoridad, porque si quisiéramos
hacerlo, seguramente nos da cita para después de dos meses y para no resolver
absolutamente NADA.
Que contraste entre la Dirección y el edificio inteligente de
la ciudad de Quito, donde se concentran los burócratas de “primera”, SPA
incluido, y donde supuestamente se controla cómodamente a través de cámaras de video
(parecido al 911) las actividades de “esta pobre sucursal”, de “monos
ignorantes y ladrones ” a quienes se debe cambiar periódicamente para que no se
corrompan, como son los prejuicios de quienes dirigen la institución por cuya razón nos siguen exportando personal desde la capital y han suprimido la
Subsecretaria Regional que de alguna manera podía ayudarnos a resolver estos
problemas.
Corrupción, no sólo es recibir coimas, también lo es: no despachar a
tiempo Vistos Buenos, Inspecciones, Reglamentos, conflictos, registros de
directivas, consultas, contratos colectivos, etc. Pero mucho más, lo es:
desnaturalizar el derecho del trabajo invirtiendo el orden del principio
tutelar, al decir que: “el inspector había revisado la liquidación y la
aprobaba por encontrarla ajustada a derechos” y que, “el trabajador, estaba
satisfecho con la liquidación recibida y que no tenía ningún reclamo que
hacer”. Acaso no lo será también, decirle al Trabajador-a, “cojan nomás ese
dinerito, para algo les ha de servir” cuando han perdido su trabajo y “juegan” con su
necesidad sometiéndolo al chantaje.
Es hora que el Presidente Correa, visite estas dependencia,
como lo hace como los hospitales y compruebe esta realidad; ojalá se pueda
reunir con los abogados de ambos sectores para que escuche sus quejas. Cuan
lejos estamos de una REVOLUCION o de una verdadera transformación y
modernización que beneficie al país y ayude a la cohesión social. Estas son,
felizmente, situaciones y procedimientos rectificables, para ello se necesita
conocimiento y experiencia, menos tecnocracia y mas cerebro.
No los molesto más, tengo que viajar por un compromiso
académico más gratificante, a mi regreso,
espero continuar la lucha para que las cosas cambien, para el bien del
país..
Con las disculpas debidas…
29 de febrero de 2012
Mi estimado Dr., usted ha evidenciado una triste realidad, pero esa realidad no es la única en el MRL. Podría usted imaginarse que a los ex -trabajadores del MRL nunca se los hace firman la actual y famosa "acta de finiquito EN LINEA" y lo que es peor, no se les informa de los detalles de la liquidación....pero eso si, deben esperar a que se les acredite en al cuenta de banco la liquidación pasados los 60 días.... Qué interesante visión de defensa de los derechos de los trabajadores de parte del MRL...! Saludos fraternales :. GASTON CORREA
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