Hace 2012 años, en un pequeño y rural pueblito llamado Belén,
nació un niño, a quien sus padres y el mundo, llamaron y llamamos JESUS…
Nació en un humilde establo, y recostado en un pesebre;
cobijado con trapos y abrigado por el calor de sus semovientes habitantes.
Este es un acontecimiento, históricamente cierto, para
creyentes y no creyentes, cristianos y de otras religiones… Es el
acontecimiento de mayor relieve en TODA la historia de la humanidad y que ha
marcado la época, un antes y un después… antes de Cristo (A.C) y después de
Cristo (D.C.)…
Los no creyentes, sin desconocer ni negar este hecho,
prefieren referirlo: como “antes de nuestra era” (A.E.) o “después de nuestra
era” (D.E), otros simplemente la denominan como “Era Común” (e.c.) o “Era
Vulgar” (e,v), lo cual ratifica la trascendentalidad universal del acontecimiento,
que tiene como punto de partida, el nacimiento de quien más tarde se
convertiría en el REVOLUCIONARIO más
grande de todos los tiempos, el DIVINO MAESTRO JESUS, el CRISTO, o
simplemente JESUCRISTO.
Pudo haber nacido cómodamente en un palacio, rodeado de
comadronas y sirvientes; cubierto de sedas y delicadas colchas de lana; pero
no, lo hizo en la forma más humilde, que ni aún en esta época sería concebible,
porque aunque muchas madres pobres todavía paren a sus hijos en casitas modestas
sin asistencia profesional y usando cajitas de cartón como cunas, creo que ninguna
haya “dado a luz” en un establo para animales…
El simbolismo es claros: fundir la materialidad y la
esencia; demostrarnos que lo importante no es dónde se nace, sino, cómo se nace
y para qué se nace. Ascender desde la
pobreza material a la riqueza espiritual…TRASCENDER
en lo humano, con una consigna de AMOR: “AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS”…
Hoy que el mundo, ha banalizado y mercantilizado TODO y vive en guerra permanente, generada por: lucha
de clases; narcotráfico; intolerancia política y religiosa; conflictos territoriales;
dictaduras sanguinarias; imposición del pensamiento único versus diversas libertades;
violencia física y verbal; incomprensiones
culturales y generacionales; inequidades; injusticias; corrupción, y otros males,
se hace necesario, no sólo invocar la PAZ,
sino HACERLA posible con nuestro
compromiso militante desde cada una de nuestras trincheras, bajo la única consigna:
“¡¡¡AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS!!!”.
Disfrutemos de NAVIDAD
con felicidad y alegría, pero también meditemos sobre la necesidad de cambiar
este mundo tan desigual y caótico. Que la
paz, el amor y armonía, reine en vuestros hogares y en el mundo entero.
“¡¡¡PAZ ENTRE LOS
HOMBRES (Y MUJERES) DE BUENA VOLUNTAD!!!.”
Gquil, 24 de diciembre de 2012.
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